Recorrido exprés a lo largo y ancho de las publicaciones didácticas dedicadas a los timbales.
Desde sus orígenes, el timbal siempre ha sido un instrumento con glamour. Su aprendizaje ha evolucionado desde sectarios gremios a selectas academias, expandiéndose de forma global en la actualidad. Este es un recorrido de dos capítulos por los estudios más relevantes de la literatura didáctica escrita para timbal.
Orígenes: primeras referencias didácticas
En el s. XVII los timbales eran ya un fastuoso y exótico instrumento popular en las más renombradas cortes europeas. La más representativa en este sentido era la corte francesa, con las Batteries de timballes de los hermanos Jacques y André Phillidor (Blades, 1970: pg 236-242). Pocos años después ya no eran extraños en las partituras orquestales de los grandes maestros del Barroco. El primer referente escrito occidental de la didáctica del timbal data de 1795. Johann Ernst Altenburg recoge los antiguos usos de aprendizaje de las fanfarrias de las cortes germanas. La formación del timbalero era costosa en aquellos tiempos. Se debían invertir ocho años en el aprendizaje del timbal para pasar a formar parte del gremio de trompetas y timbales (Montagu, 1988: 58). Después de esto, parece que se vivía bastante bien.
Altenburg muestra cómo se enseñaba a tocar los timbales asimilando la articulación y los recursos técnicos de los instrumentos de metal. Califica algunos rudimentos con el mismo nombre empleado por los trompetistas: picado simple, doble picado… Aunque también introduce recursos técnicos propios de los instrumentos de percusión: golpes cruzados, redoble…

Paradójicamente, todos estos recursos no se escribían en las partituras, que son por lo general, muy austeras. Por tanto, se deduce que la improvisación era una práctica habitual en el oficio de timbalero. Lamentablemente, la música culta occidental no ha continuado este interesante recurso, aunque sí es habitual improvisar con los timbales en las músicas de raíz popular.
Nace la enseñanza del timbal de orquesta
Durante el s. XIX se va fraguando lentamente la literatura para la enseñanza del timbal en distintos países de Europa, paralelamente a la difusión del instrumento en la orquesta sinfónica del Romantismo: Boracchi en Italia, Kastner en Francia o Pfundt en Alemania. Por contra, los primeros libros que aparecen en los Estados Unidos ofrecen una visión global de la enseñanza de la percusión (Flocton, Bower, De Ville) y se comparte el aprendizaje del timbal, junto el de la caja y las láminas (Beck, 1995: 387-388).
Llegados al s. XX se consolidan las siguientes características propias de una didáctica moderna del timbal:
- Es una formación por y para la interpretación orquestal.
- Los principales maestros del timbal son solistas de orquestas de referencia, que paralelamente a su trabajo como intérpretes, enseñan en su ciudad, escriben estudios para trabajar en sus clases y colaboran en la mejora de la mecánica del instrumento.
- Se suele dividir el libro en tres bloques: ejercicios técnicos cortos, estudios y finalmente repertorio orquestal.
- El método de esta época tiene un carácter enciclopédico: contiene referencias a todo lo que rodea al instrumento (historia, mecánica…) y abarca todas las etapas educativas de la formación.
- El grueso de la metodología está dirigida al estudio de dos timbales, aunque ya incluyen estudios de nivel avanzado para tres y cuatro timbales en consonancia con el repertorio de la época donde el timbal interpreta sus primeros papeles claramente protagonistas (Richard Strauss, Béla Bártok…).
Esta es la época de la creación de las escuelas nacionales. En cada centro de referencia cultural (y sinfónico) de Europa surge un estilo que se perpetuará por lo menos durante la siguiente generación. Los materiales de esta época tienen completa vigencia actualmente y los podemos considerar nuestros clásicos, ya que son estudios de gran valía musical. Es el caso de las publicaciones de Heinrich Knauer, timbalero de la Staatskapelle Dresden. Sus primeros estudios que vieron la luz en 1915 (Beck, 1995: 387-388), se inspiran directamente en el repertorio orquestal y suelen reproducir fragmentos de las obras de Beethoven, Wagner o posteriormente, Strauss. Por otro lado, Franz Krüger (1942), timbalero de la Staatsoper de Berlín, nos ha legado una pequeña joya en forma de estudio (nr. 45) inspirado en un tema de Franz Schubert (Quinteto en La mayor “La trucha” op. 144: IV. Andantino)
Otro referente de esta época, al otro lado del charco, fue el también alemán Alfred Friese (1954), fichado por Gustav Mahler en sus años al frente de la Filarmónica de Nueva York. En su método para timbal escrito conjuntamente con Alexander Lepak, dedica un cuidadoso trabajo a la educación auditiva, mediante ejercicios interválicos. Metodológicamente, introduce también otra innovación interesantísima: adjunta un vinilo con ejercicios y repertorio orquestal acompañado de piano. El primer play-along de nuestra literatura. En la recomendable página web, The well-tempered timpani, se puede escuchar una copia de audio del mencionado vinilo:
Por último, en el haber de la producción británica podemos incluir una pequeña pieza didáctica del gran compositor Benjamin Britten: Piece for Jimmy (1955). Está dedicada al hijo de James Blades, quien fuera su principal asesor en materia de instrumentos de percusión y recientemente ha sido rescatada y reeditada por el timbalero Jonathan Hass.
Una nueva generación
El año 1968 es el de la publicación de las Eight Pieces for timpani solo de Elliott Carter, en su versión definitiva. El timbal es ya un instrumento con un repertorio propio consolidado y las propuestas didácticas empiezan a multiplicarse, hecho que dificulta el extraer características comunes a todos ellos, pero en general podríamos apreciar:
- La influencia de la nueva literatura para timbal supone una mayor difusión de recursos técnicos.
- Se generaliza y se profundiza el estudio de los cuatro (incluso cinco) timbales.
- La afinación es uno de los contenidos más trabajados en las nuevas publicaciones. La mejora de la mecánica del timbal trae consigo la práctica de rápidos cambios de afinación, pedaling, glissando…
- Las publicaciones didácticas comienzan poco a poco a especializarse. Se editan métodos dedicados exclusivamente a la enseñanza elemental del instrumento y por otra parte se tiende a compilar el repertorio orquestal en publicaciones específicas.
El baile de nombres en esta etapa aumenta considerablemente y se hace difícil no olvidar ninguno. El ejemplo más claro de la evolución de las publicaciones didácticas en estos años es el del vienés Richard Hochrainer, quien publicó entre 1958 y 1983 sus tres volúmenes de estudios. El primer tomo arraiga plenamente en la etapa anterior, mientras que en el tercero incrementa su interés por explicar su concepto de sonido en el timbal. “Timp y no Pauk”, les decía a sus alumnos. Por esto tituló sus libros Etüden für Timpani (y no Pauken, como hubiera sido preceptivo en alemán).
En Alemania, se completa la triple K. A Knauer y Krüger, se añade ahora Eckehardt Keune (1977), cuyo método también está estrechamente ligado con la tradición de su país. Paralelamente, Siegfried Fink será quien mayor aporte a la renovación de la enseñanza de percusión en la Alemania Occidental. En Francia, surgen nombres de peso, en especial el de Jacques Delécluse, y también Jean Bagtine y François Dupin. La característica común que une a las publicaciones francesas de este período es la preocupación por la afinación. Escriben numerosos ejercicios de intervalos a trabajar con piano y los cambios de afinación son frecuentes en sus estudios.
En los Estados Unidos, podríamos citar infinidad de nombres: Saul Goodman, Alfred Hinger, Vic Firth, Garwood Whaley, Mitchell Peters, Raynor Carroll… Aunque posiblemente la cantidad de esta producción no haya sido pareja a las innovaciones aportadas. Finalmente, y en lo que respecta a nuestro país, en lo que a didáctica escrita del timbal se refiere podemos citar a Xavier Joaquín, quien publica diversos volúmenes de estudios, influidos por Fink, quien fuera su profesor en Würzburg.
Y hasta aquí el capítulo de hoy… En la próxima entrega continuaremos este trayecto con la fructífera década de los noventa y los primeros años del presente siglo. Hasta entonces!
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