Como músicos percusionistas, tenemos que preocuparnos de muchas cosas cuando empezamos a preparar un concierto o audición; organizar nuestro programa de estudio, intentar que nuestros instrumentos suenen lo mejor posible, elegir baquetas y buscar colores, y en general investigar cómo podemos llegar a ser el tipo de músico que queremos y alcanzar las metas que nos proponemos (lo que podríamos llamar tener éxito en nuestra carrera). Sin embargo, en este artículo me gustaría prestar atención al aspecto mental, tan importante a la hora de hacer audiciones y de interpretar la música frente al público.
He observado cómo muchos estudiantes pasan por alto, o no toman suficientemente en serio, este aspecto mental del que os hablo. Frecuentemente veo cómo se invierte mucho tiempo y energía analizando y pensando en cómo nos sentimos al tocar en una audición, pero a menudo estos pensamientos son, desafortunadamente, negativos, inseguros o incluso desesperados. Para muchos músicos una audición puede llegar a ser una tortura absoluta, y frente a esto yo me pregunto: “¿cómo es posible? ¿Cómo puede ser que algo que amamos tanto y que normalmente nos hace felices, pueda traer tanto estrés y decepción al enfrentarnos a una situación así?”.
Por eso hoy me gustaría compartir con ustedes algunas ideas sobre pensamientos o actitudes que personalmente creo conveniente aplicar para la preparación de una audición. Por supuesto, el cerebro humano es tan diverso que podría escribirse un libro completo sobre este tema, pero voy a tratar de exponer algunos puntos que creo que pueden aportar beneficio rápidamente.
1. Deja de estudiar, empieza a actuar.
Cuando enseño, a menudo veo partituras que no están bien preparadas. Muchas veces los alumnos no saben aún cuál es el carácter de un estudio orquestal o no están bien mentalizados a la hora de hacer una audición o una simple lección. Cuanto mejor preparado estás, más tiempo tendrás en tu cabeza para experimentar lo que realmente estás haciendo mientras tocas. Así que os propongo que todos los días mientras estudiáis, intenteis experimentar el momento como un concierto. De esta manera, todo tu cuerpo se acostumbra a este ritual, y no sentirás algo totalmente nuevo cuando toques en unas pruebas.
2. Crea una relación positiva con tu audiencia.
Por supuesto, siempre pensamos primero en lo que la gente piensa de nosotros. Todos hemos sido educados bajo ciertas reglas y formas de comportarse. Cuando somos niños, nos han ido corrigiendo constantemente hasta que nos convertimos en adultos, y a través de todo este proceso, nuestro cerebro se ha acostumbrado a estar constantemente analizando cada cosa que hacemos para decidir si lo que hicimos fue correcto o no.
Antes de subir al escenario, es importante replantearnos qué es lo que el oyente quiere de nosotros. La belleza de nuestro trabajo es que siempre estamos involucrados con el arte. Y el arte está ahí para llevar a la gente a otros pensamientos y dar ideas sobre lo que es posible en la vida. Así que cada vez que actúas, tienes la oportunidad de mostrarle a alguien algo hermoso, o de experimentar algo único. Al público le gusta compartir ese algo contigo.
Por supuesto, la gente tendrá una opinión o unas sensaciones sobre lo que has tocado, pero nunca olvides que la intención del público es experimentar algo contigo, ¡y eso es algo muy positivo!
3. Las dos salas de conciertos.
Este es un ejercicio para darte cuenta de que siempre permaneces igual, sea donde sea que tocas. Una de las cosas más comunes es que un estudiante en el conservatorio prepare su programa y lo practique en una habitación. La mayoría de las veces se ejercita solo y no hay situación de concierto.
De esta manera, cuando llega el día de la audición, hay un público que está escuchando, y el estudiante se siente completamente diferente: pensamientos que nunca descansan en su cabeza, extraños sentimientos de tensión y nervios en el cuerpo o una sensación de inquietud.
La gran pregunta es: “¿Qué cambia en ti cuando tocas un programa de audición tú solo en una sala de estudio, o cuando entras en un salón con una audiencia y tocas ese mismo programa?” Tómate un minuto para pensar en la respuesta.
¡La respuesta es: nada! ¡Nada cambia en ti! Lo único que ha cambiado es la situación. Cambia de una situación sin audiencia a una situación con una audiencia. Lo sorprendente es que pensamos que estamos cambiando, pero la realidad es que somos exactamente iguales en cualquier habitación o sala, con o sin audiencia. Tenemos la misma experiencia, música y pasión en nuestro sistema. Pero nuestro cerebro nos dice, desafortunadamente, algo diferente. La mentalidad es que de repente tenemos que actuar, ¡que “tenemos que” algo! No tenemos que hacer nada, queremos algo. Queremos compartir nuestra visión, sentimientos y pasión con una audiencia, ese es nuestro desafío. No te equivoques en la situación, siempre serás quien eres. Si eres consciente de este hecho, y cómo funciona esto en tu cerebro, estarás mucho más tranquilo en una audición. Sabrás que eres la misma persona, que no vas a cambiar, que de hecho no puedes cambiar, y así podrás rendir tanto en un lugar lleno de personas escuchando como en una sala de estudio donde estás solo y tranquilo.
4. ¿Nervios o tensión?
Como decía antes, la situación cambia cuando tocamos para un público, puesto que surge una relación entre tú y la audiencia. Esta combinación crea muchas sensaciones en nosotros. Lo que realmente sentimos es una conexión entre nosotros y los oyentes, y esto crea tensión, pero una tensión positiva, puesto que sin ella tu rendimiento nunca sería tan bueno como si lo hicieras solo.
Experimento los nervios como algo negativo. Puedes estar nervioso si no estás preparado o si realmente no controlas la obra, puedes preguntarte si ya estás listo para tocar esa pieza en particular. La sensación de tensión o nervios está muy cerca la una de la otra en términos de sensación corporal, por lo que también es muy importante darse cuenta de qué son los nervios y qué es la tensión. Debes siempre vigilar lo que está sucediendo en tu cuerpo.
Espero que en el futuro el aspecto mental de nuestro estudio se haga más importante en los conservatorios, para que un músico no solo pueda tocar al más alto nivel técnicamente, sino también pensar de la manera más adecuada, y no llegar a los pensamientos equivocados simplemente porque el conocimiento sobre nuestro sistema emocional es pobre.
Date tiempo para mirarte a ti mismo y no involucrarte en malos pensamientos. Ser músico es el trabajo más hermoso del mundo, así que pregúntate si es lógico y normal no sentirte cómodo tocando frente a una gran audiencia. Es probable que puedas obtener mucha ayuda si te concedes el tiempo para investigar y analizar cómo piensas sobre la preparación y la ejecución de tus conciertos.
Mi último consejo es no querer tocar lo mismo dos veces. Si has interpretado bien un determinado estudio y ha sido exactamente como lo habías imaginado, disfrútalo, pero no te decepciones si no puedes volver a tocarlo de la misma manera, porque no es posible. La vida es diversa y cada momento es nuevo y único . Por supuesto, es muy importante que toques las notas correctas, pero la forma en que tus manos lo hagan siempre será diferente. Esto no es aterrador, esto es emocionante y espontáneo. Disfruta el hecho de que no sabes lo que se avecina, en lugar de temerlo.
Muy buen puesto en palabras Bart.
Creo que todos los estudiantes de música tienen que leer esto en el comienzo del estudio para crear un oportunidad mejor de llegar a donde quieren.
Muchos saludos!
Me parecen cosas bastante dicha y machacadas. Falta poner en relevo que lo que uno toca y donde lo toca la mayoría de las veces crea una sensación muy diferente en el músico. No es solo question de acústica o de lo bonito que puede ser el lugar. El repertorio y como lo preparaste te puede condicionar mucho. También personas entre el publico que no te esperabas pueden inducirte a una mayor concentracion y deseo de actuar con todo tu ser o al reves. En fin para mi es muy superficial como trabajo. No me aporta nada nuevo.